CRISIS DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA, LA GUERRA DE INDEPENDENCIA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Carlos IV asciende al trono español en 1788 tras la muerte de su padre Carlos III. Al año siguiente se produce la revolución francesa, lo que genera una reacción de rechazo por parte de la  Corte y el monarca. Aconsejado por el Conde de Floridablanca, crea el cordón sanitario, que consistió en eliminar la influencia ilustrada en su gobierno y cerrar la frontera para evitar la difusión de ideas liberales. Además, nombró a Manuel Godoy secretario de Estado.

Posteriormente, en 1793 Luis XVI es guillotinado, por lo que España se une a la coalición militar europea, contraria a la convención nacional francesa. Esta guerra, conocida como Guerra del Rosellón, terminó con grandes pérdidas humanas y económicas para España. 


Con la Paz de Basilea en 1795, España quedó subordinada a los intereses de Francia.
En 1796, se firmó el tratado de San Ildefonso, una alianza militar con Francia en contra de Gran Bretaña. Destaca la Batalla de Trafalgar en 1805, en la que la flota franco-española es derrotada por la flota británica que estaba comandada por el almirante Nelson. Esto supuso la pérdida de casi toda la flota española y en consecuencia del comercio atlántico. Debido a que la Hacienda se vio privada de los recursos provenientes de los territorios americanos, Godoy recurrió al endeudamiento, al aumento de contribuciones y a la desamortización de tierras eclesiásticas.
Éstas medidas provocaron la oposición de la Iglesia y la nobleza, y un aumento del descontento popular.

En 1801, se firmó el Tratado de Aranjuez, en el que España declara la guerra a Portugal en nombre de Francia, con el objetivo de que Portugal cerrase sus puertos a los barcos ingleses. Esta guerra es conocida como la Guerra de las Naranjas.
Más adelante, en 1807, España firma el tratado de Fontainebleau, que autorizaba a los ejércitos franceses a entrar en el país para atacar Portugal y fijaba un futuro reparto del país vecino.
Sin embargo, al entrar en 1808, el ejército francés fue ocupando ciudades estratégicas.
La familia real huyó de Madrid, y debido a esta situación se produjo el Motín de Aranjuez en 1808, que obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando, y forzó la destitución de Godoy.

Al ser proclamado rey Fernando VII, Carlos IV recurrió a Napoleón. Éste convocó a los monarcas en Bayona, sin embargo, Fernando VII antes de marcharse estableció la Junta de Regencia.
Ahí en Bayona, Napoleón obligó a ambos reyes a abdicar y nombró rey de España a su hermano José. Adicionalmente, convoca unas cortes que aprueban el estatuto de Bayona. Era una carta otorgada de contenido reformista que designaba a José I como rey, abolían los privilegios y reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, los impuestos y el acceso a cargos públicos.

Debido a la evidente ocupación francesa, el pueblo de Madrid se alza el 2 de mayo de 1808, dirigido por Daoiz, Velarde y Ruiz. El levantamiento fue duramente reprimido por el general Murat.
La revuelta se extendió dando comienzo a la Guerra de Independencia.

En Sevilla, se constituye la Junta Suprema de España e Indias para coordinar a todas las juntas creadas por los insurrectos y gobernar en la ausencia de Fernando VII. La junta declara la guerra a Francia y organiza un ejército para oponerse a la invasión, ya que anteriormente se había disuelto.
Las tropas inexpertas del general Castaños derrotaron al ejército napoleónico en Bailén en 1808, siendo esta la primera derrota del imperio francés.

Napoleón movilizó a la mitad de sus tropas acantonadas en Alemania y se trasladó a la península, donde ocupó Cataluña, Aragón y Madrid rápidamente. 
Napoleón adquirió el mayor control en 1812.
No obstante, debido a la invasión de Rusia tuvo que dividir sus ejércitos, lo que hizo más fácil el contrataque de las tropas españolas ayudados por tropas británicas comandadas por el Duque de Wellington.
Finalmente vencieron a los franceses en la batalla de Ciudad Rodrigo y los Arapiles, ambas en 1812. Tras esto, la guerra se decanta por la alianza anglo-española. La última batalla de la guerra fue la victoria en San Marcial en 1813.

Tras esto, Napoleón se vio obligado a firmar el tratado de Valençay en 1813, en el que retiraba sus tropas y establecía a Fernando VII como rey, dando por terminada la guerra en 1814.

La guerra trajo consecuencias muy negativas para la acción, además de una alta mortalidad, también hubo una gran destrucción de la producción agraria y el comercio, provocando una enorme deuda pública.

Adicionalmente, durante la invasión francesa se produjo un importante expolio de obras de arte. Junto al régimen de José I se situaron muchos españoles, conocidos como afrancesados, que vieron la administración francesa como una forma de modernizar el país. Por otro lado estaban los patriotas, que defendían el retorno de Fernando VII y la defensa del catolicismo. Este grupo reunía a buena parte de la nobleza y el clero, a los reformistas moderados y a los liberales, que buscaban que Fernando VII implantase un sistema constitucional basado en la soberanía nacional, la separación de poderes y las libertades individuales. Paralelamente, en medio del conflicto, la junta central suprema convocó las cortes en Cádiz, única ciudad no conquistada. Se convocaron a diputados representantes de todos los territorios del imperio español, pero no todos pudieron acudir debido al conflicto bélico.

Las Cortes se inauguraron en 1810, eran depositarias de la soberanía nacional, unicamerales, acordaban la división de poderes y reconocían a Fernando VII como rey.

La labor legislativa de las Cortes de Cádiz fue la siguiente; la supresión del tribunal de la inquisición, la abolición del régimen señorial, la liberación de la industria y la limitación del papel gremial, la desamortización de bienes eclesiásticos, la libertad de imprenta y la elaboración de una constitución.

La Constitución se aprobó el 19 de marzo de 1812, y se convirtió en referencia tanto en Europa como en América. En ella se recogía la soberanía nacional, se defendían los derechos del ciudadano, las libertades civiles, la igualdad jurídica y fiscal, y el sufragio universal masculino para mayores de 25 años. También se garantizaba la seguridad individual a través de la inviolabilidad del domicilio, los derechos penales y procesales, y la abolición de la tortura.
La Nación se definía como una monarquía parlamentaria, basada en la división de poderes.
El poder legislativo recaía en las Cortes, que tenían potestad para elaborar leyes, aprobar presupuestos, firmar tratados internacionales y organizar el ejército entre otras funciones. El monarca poseía el poder ejecutivo, dirigía el gobierno e intervenía en la elaboración de leyes. El poder judicial quedaba en manos de los tribunales.

Por último se organizaba el estado en provincias y diputaciones. Se creaba un ejército nacional, se establecía la educación básica y para contentar a los absolutistas, se estableció la confesionalidad católica del Estado.
Además también se creó la Milicia Nacional, un grupo de ciudadanos armados que protegían el desarrollo del Estado liberal. 

Las Cortes de Cádiz, además, aprobaron una serie de leyes y decretos para instaurar un régimen liberal. Primeramente se abolió el régimen señorial y el mayorazgo. Los señores se transformaron en propietarios de la tierra, la población pasó a depender de la autoridad pública y de la legislación del Estado. Además se realizó una reforma agraria que expropiaba bienes eclesiásticos en desuso, y se impulsaron medidas próximas al liberalismo económico, como la creación de un mercado nacional y el decreto de la libertad de comercio, industria y trabajo. 




Sin embargo, a pesar de labor hecha por las cortes, regresar Fernando VII en 1814 se negó a jurar la constitución y restableció el antiguo régimen, destacando el Manifiesto de los Persas.
Este es un documento creado por los diputados absolutistas de las cortes. De esta forma, se truncó el régimen liberal y se reprimió aquellos que eran partidarios de él. No sería hasta 1820 cuando el rey acatase la Constitución de Cádiz tras el pronunciamiento de Rafael del riego.

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